Sayco: bajo la lupa del gobiernoEl gobierno colombiano recientemente anunció la suspensión por un mes de la personería jurídica  y licencia de funcionamiento de Sayco, luego del escándalo que inició el empresario Ricardo Leyva en el programa La W y al que le siguieron centenares de denuncias sobre irregularidades en lo que El Tiempo describe como, por lo menos, 27 contratos por $1405 millones de pesos, y un “dudoso manejo de anticipos” por 3.100 millones de pesos.
 
Durante este lapso Sayco deberá poner sus asuntos en orden y reestructurar su gerencia, consejo directivo y reemplazar a su revisor fiscal. Esto ante el peligro de la cancelación definitiva de su personería jurídica o una intervención, e incluso, de disolución y liquidación, medidas que conforme a las Leyes 44 de 1993 y 1493 de 2011 puede llegar a tomar la Dirección Nacional del Derecho de Autor con esta sociedad.

Entre las demás recomendaciones hechas a Sayco por el viceministro del Interior se encuentran “renovar el comité de vigilancia, reformar los estatutos sociales, garantizar la transparencia en la distribución de los recaudos y expedir y publicar un listado de tarifas”.

Adicionalmente se impuso una multa por 28 millones de pesos, la más grave para casos tales, y se les imputó con 21 cargos, de los cuales 16 se encontraron demostrados. También se encontraron faltas graves de parte del anterior gerente general, Jairo Ruge: ocultamiento de información, contrataciones irregulares, entre otras.

Con 65 años de vida, Sayco recauda pagos por concepto de derechos que administra en nombre de los autores de obras musicales afiliados a ella en Colombia, y también los de los autores de las sociedades extranjeras con las que ha celebrado contratos de reciprocidad; estos recaudos deben distribuirse también entre los compositores según la utilización de sus obras. Es en este cruce de dinero -es decir, entre los que usan la música y los compositores, en cuyo centro está Sayco- a donde apunta la desconfianza de la gente. Otro resquemor: el dinero se distribuye según  el número de oportunidades en que se utilizó la obra, pero, se le acusa de que la determinación de ese número no ha sido del todo transparente.

Consideramos sin embargo que,  como están las cosas, no es útil a nadie el reproche o la tacha. Sayco ya ha sido sancionada por la autoridad competente. En adelante, únicamente esperamos con fe sincera que Sayco haga la tarea encomendada por el gobierno y regrese airoso a la labor de gestión, promoción y protección que tanto precisan los autores de obras musicales representados.
 
 
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Gonzalo Laguado Serpa
Universidad del Rosario
CECOLDA